domingo, 28 de marzo de 2010

EL EJÉRCITO ROMANO, ENTRENAMIENTO

Durante cuatro meses los nuevos reclutas eran sometidos a un entrenamiento implacable. Al concluir este período los supervivientes ya podían llamarse soldados -milites-. Los que no podían resistir el entrenamiento eran rechazados.
Primero se les enseñaba a desfilar marcando el paso. Luego se les llevaba de marcha, forzándolos al máximo hasta que fueran capaces de recorrer 20 millas romanas -30 km- en cinco horas. Después tendrían que recorrer la misma distancia cargados con todo su equipo, que incluía armas y armaduras, utensilios de cocina, estacas para la empalizada, instrumentos para cavar y provisiones para varios días, pues al final de cada marcha tenían que levantar un campamento con terraplenes y fosos de defensa.
El entrenamiento continuaba hasta que eran capaces de recorrer 24 millas -36 km- en cinco horas. En un principio los legionarios utilizaron bestias de carga y carros para transportar el equipo. Pero el célebre general Cayo Mario impulsor de grandes reformas en el ejército, les obligó a transportar personalmente casi toda la impedimenta necesaria para reducir el tamaño de las caravanas de intendencia (los llamaban "las mulas de Mario"). El equipo completo debía pesar por lo menos 30 kg, y las armas y armaduras más de 20.
Los legionarios realizaban marchas tres veces al mes durante 25 años. Este entrenamiento y capacidad de desplazamiento fue una de las causas por la que el ejército romano fuera tan superior a otros ejércitos. Esto era solo parte de la instrucción, puesto que el programa de entrenamiento también incluía carreras, saltos, equitación y natación. Cuando se consideraba que se encontraba en buena forma física comenzaba la instrucción en el manejo de las armas.
Los reclutas aprendían a atacar a una gruesa estaca clavada en el suelo con una pesada espada de madera y un escudo de mimbre que pesaba el doble que un escudo normal. Se les insistía que golpearan de frente, sin describir arcos con la espada, que pueden evitarse con más facilidad. También se les entrenaba en el lanzamiento de pesadas jabalinas de madera contra las estacas.
Una vez superado este paso, se les consideraba dignos de empuñar armas auténticas forradas de cuero para evitar accidentes, que les parecerían ligerísimos en comparación con las pesadas armas de madera.
Los Efectivos
Una legión estaba formada por diez cohortes ((a no ser que fuera una corte de asalto o invasion que estaban formadas pos unos 20 o 30 hombres)) de 480 hombres cada una lo que da la cifra de 4,800 hombres en total; eso en teoría, ya que no parece seguro que las legiones hayan estado con sus cuadros completos, ni mucho menos.
Normalmente cada centuria formaba como un cuadro de 10 x 8 hombres. Como la segunda centuria de cada manípulo bajaba para cerrar el hueco, la profundidad de la línea de combate de la legión era de 8 hombres. Puesto que tres eran las líneas que una legión podía presentar, el frente de combate quedaba estructurado como una sucesión de líneas con 8 hombres de profundidad. Recordemos que en Cannas los manípulos formaron con su profundidad doblada, es decir, con 16 hombres; un experimento que costó a los romanos 50.000 muertos. Puesto que el secreto táctico de la legión no era otro que su flexibilidad, la línea de combate con 8 hombres de profundidad era la más racional y la que mejor se adaptaba a esa característica esencial. Pero si había que reducir la profundidad, esa misma flexibilidad operaba el milagro de permitir "adelgazar" las líneas.

CLASES SOCIALES EN ROMA

La sociedad romana, se basaba en la desigualdad, y, como en toda sociedad desigual, la tensión entre las clases y su dialéctica es el motor de su historia y su principal característica.
La tensión entre patricios y plebeyos y las rebeliones de los esclavos fueron las más importantes noticias políticas; las tres primeras fueron las clases con mayor actividad política; las otras dos, menos.
Esta organización social no fue la misma durante toda la historia de la antigua Roma. Hubo tensiones, cambios, evolución.
En la Monarquía
En los primeros tiempos la desigualdad social se basaba en el nacimiento y en la religión. La sociedad romana presentaba dos grandes tipos de ciudadanos: los libres y los no libres (los esclavos, lat. servi).
Los ciudadanos libres, a su vez, se dividían en privilegiados (los patricios, en lat. patricii) y en no privilegiados.
Los ciudadanos no privilegiados podían ser independientes (los plebeyos, en lat. plebeii) o dependientes (los clientes y los libertos, en lat. liberti).
Patricios
Eran las primeras familias asentadas en Roma y sus descendientes. Cada una pretende descender de un antepasado más o menos divinizado (pater). Los que tienen un mismo pater forman una gens, llevan el mismo apellido (nomen gentilicium) y celebran un mismo culto (sacra gentilicia).
Desde el principio de Roma, los patricios y sus familias constituyen el primer eslabón social. Estos patricios poseían esclavos, probablemente muchas veces en gran número. Los patricios están en la base de la fundación de Roma y, por tanto, son ciudadanos romanos. Tiene la exclusiva de los cargos públicos, y dirigen la vida de Roma.
Más tarde el derecho de ciudadanía se extiende a las llamadas minores gentes, es decir a los que procedentes de otras ciudades o dentro de la misma ciudad sin ser patricios, adquirieron la ciudadanía romana. Los patricios decían que eran los parientes de los fundadores de Roma. (Rómulo fue el fundador y primer rey de Roma) - Solo los Patricios podían llevar en su cortejo fúnebre los ius imaginum (derechos de imágenes), que consistía en actores con mascaras que imitaban a los antepasados del difunto para simular que venían a recibirlo.
Clientes
Los clientes eran los extranjeros o refugiados pobres, sujetos a patronazgo de un patricio, el cual le brindaba ayuda económica, lo defendía ante la ley, y lo dejaba participar de las ceremonias religiosas a cambio de que éste lo acompañe en la guerra y lo ayude en todos los trabajos en el que el patricio lo solicitara. Los patricios se enorgullecían de tener clientela grande o importante
Plebeyos
Constituyen la mayor parte de la población (la multitud), compuesta también con extranjeros, refugiados pobres o clientes que se habían enemistado con sus "patronos". Eran considerados hombres libres, por lo que no podían participar en lo político ni en lo religioso.
Esclavos
Es el destino normal de los presos de guerra. Legalmente, carecían de todo derecho: eran instrumentum vocale ("herramienta que habla"). Hacían gratis los peores trabajos y de por vida. El trato dependía del carácter personal del amo. Llegaron a ser numerosísimos con la expansión de Roma.

VESTIMENTA CIVIL











MOBILIARIO Y DECORACIÓN EN ROMA







El mobiliario de las casas romanas era muy escueto y funcional. Las camas le servían a los romanos, además de para dormir, como sofá, para comer recostados y para tener relaciones sexuales. Para el alumbrado de las casas se utilizaban antorchas, velas y lámparas de aceite. Las habitaciones se calentaban por medio de estufas de bronce o braseros fijos, que eran de hierro forjado como el que aparece en la imagen derecha.



El suelo estaba cubierto por mosaicos, cuyos temas hacían referencia a la finalidad de la habitación donde se encontraban. Las paredes solían estar decoradas con pinturas y cortinajes.



LAS VIVIENDAS EN ROMA

El modelo más antiguo para los nuevos asentamientos fue el castrum, un recinto rectangular amurallado con una avenida central en forma de cruz, en el que vivían unas 300 personas. Pero el tipo más comúnmente utilizado fue el hipodámico, de procedencia griega. Éste tipo de ciudad estaba atravesada por dos calles principales; el decumanus, de Este a Oeste y el cardo, de Norte a Sur, que eran la referencia para el trazado de nuevas calles paralelas a estas, que dividían la ciudad en manzanas regulares. En los extremos de estas calles principales se situaban los portones de la ciudad. En el cruce de estas dos calles se situaban los edificios civiles y religiosos más importantes, como el foro. A pesar de la aparente organización de las ciudades romanas, las calles carecían de nombre y numeración.
Primitivamente la casa romana era una sencilla cabaña (casa, tugurium) de planta circular, con una techumbre cónica de césped. Esta vivienda fue sustituida por el modelo etrusco: cabañas de planta rectangular, con una abertura en el tejado para que saliera el humo y entrara la luz y el aire.

LA VIDA DE UNA MUJER EN ROMA

Las mujeres romanas pasaban mucho tiempo en la casa, atendiendo todo lo concerniente a ella, supervisando el trabajo de los esclavos, hilaban la lana, cuidando de los niños. A estas mujeres se les llaman MATRONAS. Sin embargo, todas las mujeres, sin distinción de clase, disfrutaban de mucha más libertad que las de la antigua Atenas.
Estaba muy asociada a la vida de su marido, compartían los honores que se le tributaban a sus esposos, aparecían en público, en espectáculos, ceremonias y juegos, y tomaba parte en comidas y recepciones. Su influencia, aunque no era reconocida por Ley era muy grande, de hecho Catán quiso acabar con el lujo de las mujeres con una Ley, pero los ciudadanos no se atrevieron a votarla ya que sus mujeres estaban en la Asamblea.
La cantidad de joyas que llevaba la mujer —y por tanto, su rango— se correspondía con la posición social de su marido. La mujer se encargaba de todas las tareas del hogar, aunque en las «familias bien» trabajos tales como sacar agua o preparar la comida estaban reservados a los esclavos. Tenía la custodia formal de las llaves de la casa y controlaba la vida diaria de los niños y de los esclavos. En ausencia de su marido dirigía los negocios familiares. En las recepciones, las mujeres compartían mesa con los invitados y en la época de Augusto se reclinaban en divanes como los hombres.
Las mujeres salían de casa para comprar, hacer visitas sociales, asistir a espectáculos públicos y acudir a los templos. Las pertenecientes a las clases altas se movían por la ciudad en una silla de manos (sella). También podían acudir a las termas, aunque en horarios diferentes de los hombres o utilizando establecimientos separados.
Las señoras ricas no tenían obligaciones como amas de casa porque su marido era quien mandaba sobre los esclavos. Estas mujeres ni siquiera debían esforzarse en vestirse o calzarse por sí mismas porque ese era el trabajo de las esclavas. Sin embargo, la libertad de estas señoras era relativa. Siempre estaban acompañadas, incluso había algunas que dormían con una esclava en su cuarto, para que las cuidaran. La decencia y el cuidado de su rango obligaban a una dama a salir de casa acompañada por sirvientes, señoritas de compañía y un caballero de servicios. Sólo debidamente acompañadas las mujeres tenían derecho a visitar a sus amigas. Las damas muy recatadas salían lo menos posible y sólo se mostraban en público cubiertas por un velo.
En Roma existía el divorcio pero generalmente era el hombre el que lo solicitaba. El mejor estado para la mujer rica era la viudez porque era mucho más libre que cualquier mujer casada y podía disponer de su fortuna como ella quisiera.

Las niñas de familias acomodadas iban a la escuela hasta los doce años. Después de esta edad pocas mujeres continuaban educándose, con la autorización de su marido o padre, a través de preceptores que les enseñaban los clásicos. Era normal que hubiera mujeres que adquirían una cultura de entretenimiento, como cantar, danzar y tocar un instrumento. Estas actividades artísticas se alaban mucho en las mujeres “honestas”. A los doce años había muchachas que ya estaban otorgadas a un marido, aunque no se hubiera consumado el matrimonio. Una mujer se consideraba adulta a los catorce años, todos la llamaban entonces “señora”. Las familias ricas encerraban a sus hijas en sus casas y las ponían a hilar con rueca y con huso, con lo cual demostraban que pasaban el tiempo sin hacer nada malo.

LAS FAMOSAS COMILONAS

Vitelio emperador romano (14-69), pone de moda el arte de vomitar introduciendo una pluma de ave en la garganta y así provocar las náuseas. Los Vomitorium, era el lugar donde los romanos después de los banquetes que se metían entre pecho y espalda, vomitaban la comida ayudándose con una pluma de pavo real para poder seguir comiendo.
Nerón mandaba a sus corredores más veloces a que le trajeran nieve de las montañas que luego mezclaba con pulpa de frutas y miel. De ahí nació el sorbete.

Los panaderos romanos eran de origen griego. En roma había 329 panaderías. El precio del pan era regulado por los magistrados y el oficio pasaba de padres a hijos. El pan de harina blanca era el más apreciado, mientras que el PANIS PLEBEIUS, (pan moreno) era el de los pobres y esclavos. El pan más barato era el PANIS ACEROSUS, en su elaboración se añadían cañas de trigo, tropezones de salvado y demás cosas que estuvieran a mano. Los militares tenían sus propias panaderías y fabricaban su pan, el PANIS MILITARIS. El pan ya existía en la Hispania y se cree que el uso de la levadura procede de nosotros.
Los romanos inventaron la botella estilo champán y no los franceses. Ellos fueron los inventores de la botella de champán, con su tapón atado al cuello para que no explote.

Un rodaballo era mucho más caro que una vaca.

La salsa más famosa y demandada era el GARUM, se añadía a cualquier plato, al agua , al vino, etc. Se elaboraba con vísceras de pescado, atún, caballa y esturión, se ponían en maceración con salmuera y se dejaba secar al sol durante dos o tres meses. Tal era su influencia que los cambios en el precio del GARUM, influían en la moneda. El más caro era el GARUM SOCIORUM (garum de los socios), realizado en Cartagena y se
cotizaba a 180 piezas de plata el litro de salsa.
Existían una gran cantidad de platos exóticos o raros, como sesos de alondra con miel, lenguas de flamenco o ruiseñor, talones de camello, cresta de aves, pezones de cerda....

El Emperador Maximino, este llegaba a ingerir 16 kilos de carne y 32 litros de vino en una sola comida.

El emperador Heliogábalo presumía de no haber bebido dos veces en el mismo vaso ya fuese de plata u oro.

En un desayuno con tiempo el Emperador Albino ingirió la desorbitada cantidad de 500 higos, 100 melocotones, 10 melones, 48 ostras y 2 kilos de uva.

El mayor banquete de la historia fue el ofrecido por Julio César para celebrar sus victorias en oriente. Invito durante varios días a 260.000 personas y comieron en 22.000 mesas.

Las ánforas al romperse eran tiradas a un vertedero, sus fragmentos (testas) en roma llegaron a formar una colina de 30m de altura, el Testaccio.
Después de comer en estos grandes banquetes se organizaban espectáculos, de los que destacaba el de atar un hombre a una estaca y ver como una fiera hambrienta lo despedazaba. Si moría muy rápido o los desgarros no eran muy espectaculares el público se enfadaba y pedía más sangre, otro de ellos era el rajar a un hombre la barriga y ver como los alimentos caían al suelo, eran forofos de las ejecuciones públicas.

Los cómicos eran muy mal tratados por los Emperadores. Augusto mando azotar a varios actores, Claudio mandó decapitar a seis mimos, Calígula y Nerón desterraron a varias compañías de actores. A este último le gustaba representar obras de teatro y hacía ejecutar a los espectadores que no le aplaudían con entusiasmo.

LA PROSTITUCIÓN Y EL SEXO

- Tras la poda (puta), con las ramas de los árboles, las mujeres que deseaban quedarse embarazadas eran azotadas ritualmente, las sacerdotisas ejercían la prostitución sagrada en honor a la diosa. Con el paso del tiempo el nombre de la diosa paso a denominar a al mujer que ejercía la prostitución.

Era considerada un bien social. El verbo FORNICAR proviene de la denominada FORNICES, que eran las celdas dónde las prostitutas recibían a sus clientes. El LENO era el encargado de mantener el orden y cobraba una comisión del servicio de la prostituta
Las prostitutas tenían que llevar unas vestimentas diferentes, se les obligaba a llevar una peluca amarilla o a teñirse el cabello, además de inscribirse en un registro municipal, y a llevar una túnica corta y oscura. En el año I existe un registro con 32.000 prostitutas que vivían en burdeles llamados LUPANARES, lugares con licencia municipal, cercanos a los circos y anfiteatros o aquellos lugares donde el sexo era un complemento de la actividad principal (tabernas, baños o posadas)
Los distritos del Esquino y el Circo Máximo tenían un mayor número de burdeles humildes y los más elegantes se ubicaban en la cuarta región, estaban decorados con murales alusivos al sexo e identificados en la calle con un gran falo que era iluminado por la noche. Ellas exhibían sus encantos en la puerta del prostíbulo y en la puerta de las habitaciones existía una lista de precios y servicios, así como un dibujo que ilustraba la especialidad de la prostituta. La felación era el vicio más repugnante que un cliente pudiera solicitar, era el más caro.


Había varios tipos de prostitutas, las MEREDETRICES estaban registradas en las listas públicas, las PROSTIBULAE ejercían su profesión dónde podían, liberándose del impuesto. Las DELICATAE eran las de lujo, tenían entre sus clientes senadores, negociantes o generales. Las que pertenecían a la clase PATRICIA, que se dedicaban a este oficio por necesidades económicas o por placer, entre ellas destacan la famosa MESALINA, Agripina la joven, o Julia, la hija de Augusto. Las conocidas como AMBULATRAE RECIBÍAN ESTE NOMBRE PORQUE TRABAJABAN en la calle o en el circo, las LUPAE trabajan ahora en los bosques cercanos a la ciudad y las BUSTUARIE trabajaban en los cementerios. La PALA aceptaba a cualquiera que le pudiera pagar el precio demandado.
Al poco de levantar el campamento romano no tardaba mucho en aparecer un prostíbulo para contentar a la tropa.
El lugar favorito para las relaciones sexuales eran los baños, en los que ofrecían sus servicios tanto hombres como mujeres, algunas de ellas de clase elevada podían utilizar los servicios de apuestos jóvenes, pagaban sumas desorbitadas para pasar la noche con los gladiadores después de su actuación y les pedían que no se ducharan después.
Los prostitutos ofrecían sus servicios para practicar sexo oral a sus clientas en las STATIO CUNNULINGIORUM
Las mujeres romanas, para evitar quedarse embarazadas, buscaban amantes espadones, es decir, castrados en edad adulta y que no tenían por tanto rasgos de eunuco.

Se utilizaba la menta como un gran afrodisíaco. En tiempo de guerra se prohibió su cultivo y las infusiones de esta planta, para no debilitar a los soldados.



No existía una palabra para definir la homosexualidad, solo se preguntaba si se prefería una mujer o un hombre.

LA SOCIEDAD EN LA ANTIGUA ROMA

Una sociedad curiosa esta de los romanos, tenían preservativos, existía el divorcio, carros con taxímetro, comida rápida, puertas automáticas, calefacción central, ascensores, fincas con vecino cotilla... Veamos algunas de estas curiosidades o anécdotas que nos han dejado para la historia y nuestro disfrute.
La clase alta romana practicaba el infanticidio, utilizaba anticonceptivos y practicaba abortos para limitar a la familia.
Como anticonceptivos inicialmente utilizaban amuletos, fórmulas mágicas y las pociones para inducir a la esterilidad temporal, o el método del ritmo ya que los médicos romanos creían que la mujer era más fértil justo cuando la menstruación estaba concluyendo, cuándo se demostró que eran ineficaces comenzaron a utilizar otros, el más “confiable” consistía en el uso de aceites, ungüentos y lana suave para obstruir la abertura del útero. También se utilizaban técnicas anticonceptivas para varones, hecho con vejigas de cabras, pero su precio era muy elevado. Era muy común el COITUS INTERRUPTUS.
Los abortos se llevaban a cabo con la ingestión de drogas o mediante instrumentos quirúrgicos

EL VESTIDO EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS DEL IMPERIO ROMANO

Los conocimientos que han llegado hasta nosotros de las ropas de esta época proceden de las obras de arte, como en el caso de los primeros tiempos del Imperio. Sin embargo, hay algunos ejemplos de tejidos conservados gracias a las especiales condiciones de sequedad del desierto egipcio.
En el siglo IV los hombres de las clases altas continuaron llevando la toga, pero las túnicas con largas mangas se hicieron mucho más j populares, igual que los pantalones, tanto estrechos como holgados. Los oficiales de alto 1 rango del ejército y los miembros de la militarizada burocracia llevaban cinturones muy ornamentados de estilo militar para sujetar las túnicas. Sobre ellas se ponían mantos rectangulares sujetos con grandes broches.
En algunos aspectos las ropas de las mujeres cambiaron menos. Las túnicas tendían a llegar al suelo, con amplias mangas, y sobre ellas se solía llevar un manto sujeto en el hombro derecho con un hermoso broche.

EL VESTIDO FEMENINO

- La ropa interior no existía coma tal, las romanas cuando tenían frió, abrigaban sus piernas con unas vendas. Algunas para sujetar y realzar el pecho utilizaban las mamillare o fascia pectoralis (especie de faja de tejido fino). Otras llevaban el strophium, cinta de cuero suave que sostenía el pecho. Las mujeres de la alta sociedad o ricas utilizaban una especie de redecilla realizada con hilos de oro o plata para sujetar los pechos en las grandes ocasiones, los pezones o areolas eran pintadas con tonos dorados, plateados o rojizos.

- Los pantalones eran considerados una prenda de bárbaros, pero curiosamente durante las guerras en la Hispania los romanos adoptaron de los celtiberos las braccae (pantalones cortos).

- Cuando la toga era la única prenda los romanos utilizaban ropa interior, el llamado subligar, campestre o cinctus, una especie de calzón blanco. Con el tiempo este calzón paso a ser utilizado solo por los cómicos, los atletas y campesinos. Los romanos cuando tenían mucho frió se solían poner dos o tres túnica. El Emperador Augusto era tan friolero que llegó a llevar cuatro túnicas.
Las mujeres llevaban una stola, una especie de larga túnica muy parecida al quitón griego. Sobre ella se ponían una palla, manto rectangular de lana que les cubría los hombros y a veces la cabeza. Debajo de la túnica llevaban una especie de blusa sin mangas y un strophium, que era una suave cinta de cuero atada bajo el pecho. Ni las jóvenes ni las mujeres respetables se cubrían con una toga, ya que era símbolo de adulterio o de que se trabajaba como prostituta.

LA INDUMENTARIA MASCULINA





Los trajes de los romanos y griegos eran muy parecidos. La túnica era la prenda básica; se han encontrado algunas en determinados yacimientos arqueológicos del desierto. Las procedentes de Ein Gedi, en el Mar Muerto, tenían franjas coloreadas (clavus) que descendían por cada hombro e indicaban el status de quien la vestía. Estaban compuestas por dos piezas rectangulares de lana que se cruzaban en los hombros y llegaban hasta las rodillas, sujetándose en la cintura con un ceñidor. Aunque algunas eran a la medida y con las mangas perfectamente adaptadas, en general no sucedía así. La mayoría estaban hechas de lana sin teñir, cuyo color era parecido al de la harina de avena. Las túnicas de los miembros de las clases altas eran más largas.
La prenda más famosa de los hombres romanos era la toga, que se llevaba sobre la túnica. Todos los ciudadanos libres estaban autoriza dos a llevarla, pero como era un tanto engorroso, sólo las clases más altas lo hacían en todo momento. La toga era un símbolo de dignidad; los magistrados o los senadores la llevaban cuando desempeñaban los deberes inherentes a su cargo. La de los altos funcionarios tenía una franja púrpura.
La toga era una gran pieza de fina lana, de forma semicircular que se llevaba colgada de un hombro, dejando el otro brazo libre, y que caía hasta los tobillos. En esencia era como una capa, pero que envolvía el cuerpo, en lugar de caer libre mente.
Otra prenda similar de los hombres era el pallium, versión romana del himatión griego.


INDUMENTARIA ROMANA
SUBLIGAR, SUBUCULA Y FASCIA PECTORALIS

A diferencia de los griegos, los hombres romanos llevaban ropa interior, hecha generalmente de lino: el subligar o subligaculum era como unos calzoncillos utilizado en tiempo antiguos, pero que en época clásica quedó limitado a los obreros. La subucula era una túnica interior con la que los romanos incluso dormían.

Las mujeres también llevaban subligar y subucula, y además, como las mujeres griegas, utilizaban una banda de tela para sujetar los pechos, la fascia pectoralis.

La túnica

Vestido normalmente de lana formado por dos piezas de tela cosidas juntas y ceñido con un cinturón. Los hombres llevaban la túnica hasta las rodillas por la parte frontal y más larga por detrás: las mujeres llevaban la túnica hasta el talón. El ornamento más usual de la túnica era una banda de púrpura, el clavus, que también indicaba la clase social de quien la llevaba, y una túnica muy especial era la palmata que lucían los generales triunfadores en los desfiles. Las túnicas no tuvieron mangas hasta épocas tardías; se dice que el emperador Augusto, muy friolero, usaba varias túnicas, una sobre otra, a fin de evitar el frío.

La toga

Como era el traje oficial romano no podían llevarla ni los extranjeros ni quien había perdido el derecho de ciudadanía. Era una gran pieza de lana de forma y tamaño no definido del todo, aunque se ha llegado a establecer que podría tener forma de elipse y llegaría a medir alrededor de 4,60 metros de anchura por 2,75 de altura.

La parte central de la toga formaba una serie de pliegues que se llamaba sinus por la parte baja de la cintura y nudus o umbus por la parte de arriba. Lo que sí nos han contado los escritores romanos es la dificultad de colocarla y la incomodidad de quien la llevaba; pero se trataba del traje oficial y debía llevarse siempre en público. Reproducimos una descripción de la forma de colocar la toga: “La tela se doblaba en dos partes desiguales en sentido de la longitud; se hacía bajar por delante un borde desde el hombro izquierdo en doble y, después de dar la vuelta por debajo del brazo derecho, lo que quedaba también se tiraba sobre el hombro izquierdo”.

Según el ornamento de la toga se llamaba de diferente manera:
• Pura, de un solo color, blanco o crema, característica del ciudadano común.
• Pratexta, con una franja de color púrpura de diferente anchura según la dignidad de quien la lleva. Era la toga propia de los magistrados y de los niños y niñas menores de 16 años.
• Candida, totalmente blanca, característica de los “candidatos” a las magistraturas.
• Pulla, toga marrón, gris o negra, propia del luto.
• Picta o palmata, de color púrpura y decorada con oro es la toga que llevaban los generales en los desfiles de triunfo.
• Trabea, de diferentes colores con franjas púrpura, la llevaban los augures, sacerdotes encargados de predecir el futuro.

La stola y la palla

La stola era el traje que la mujer romana casada llevaba sobre la subucula; era largo hasta los pies y se ceñía con un cordón por las caderas y con un cinturón bajo los pechos, la zona. Se dice que podía estar decorado con una banda de color púrpura; en época posterior a la clásica fue sustituida por la túnica delmatica, una túnica muy elaborada que también llegaron a utilizar los hombres en lugar de la toga.

La palla era un manto, evolución del himation griego, que las mujeres utilizaban cuando salían en público, habitualmente cubriéndose lo cabeza.

COMO SE OBTENÍAN LOS COLORES

Cada color requería una técnica, para la obtención del color amarillo utilizaban tierra de ocre y óxidos de hierro; para obtener rojo, ocre, sulfuro de mercurio,; para la obtención del púrpura lo estarían de un molusco; para la obtención del negro, utilizaban marfil, huesos y madera calcinados, y hollín; para la obtención del color verde, utilizaban, vapores de vinagre sobre laminas de cobre; para obtener blanco, utilizaban carbonato de calcio y para la obtención del color azul que provenía de Alejandría, silicato del cobre y calcio,
La palabra candidato proviene de la palabra latina candidus (blanco), hace referencia a la ropa blanca que vestía el aspirante para demostrar la pureza de sus intenciones políticas.

EL PEINADO MASCULINO

El Tonsor (peluquero de caballeros, barbero) los clientes exigían a su estilista acciones más básicas, también afeitaba, depilaba, cuidaba las uñas y teñía el pelo, su trabajo pertenecía a las artes mecánicas y la mayoría de ellos trabajaban en la calle (salvo los de las clases pudientes). Las cuchillas que utilizaban eran de hierro, y aunque estas se afilaban de aquella manera siempre eran mejor que hacérselo cada uno en su casa, por eso siempre acudían a este profesional además la peluquería era un lugar social estupendo para enterarse de todos los cotilleos y noticias.
También se pintaban las zonas calvas
El hombre llevaba las piernas depiladas.
A principios del siglo I lo más frecuente era llevar el rostro afeitado por completo.
Hasta el siglo II el peinado más extendido era raparse o llevar el pelo muy corto, echándolo hacia delante, con más o menos estilo, se llevaba muy rasurada la barba (era obligatorio).
La moda de la barba se importó de la Grecia oriental y fue promovida por Adriano, su cara tenía un desagradable tono azulado, porque se le notaban mucho los capilares, además según algunos historiadores por causa de una enfermedad que le afectó la cara, otros que por causas de una gran cicatriz en el rostro.
Los hombres estaban muy preocupados por su imagen, se cuidaban mucho, Julio César estaba muy preocupado por su calvicie, tanto que al ser rechazado varias veces por el jefe Galo Vercingétorix (uno de sus grandes amores), mandó ejecutarlo y cortarle su larga y rubia cabellera, con la que se hizo una peluca.

EL PEINADO FEMENINO









Los peinados de la mujer cambiaron muchas veces desde la República hasta el Bajo Imperio. También variaban en función del status social y de la edad.
Durante la República, los peinados eran muy simples: el pelo se llevaba hacia atrás, con raya al medio y recogido en una especie de moño en la nuca. Las más jóvenes llevaban cola de caballo. A veces una elegante franja de rizos suavizaba el estilo un tanto severo.
En la época de Augusto el peinado se hizo más elaborado, a menudo con el pelo trenzado antes de recogerlo en la nuca. Pero fue durante el reinado de los flavios y de Trajano cuando los peinados femeninos alcanzaron el mayor grado de barroquismo, con grandes masas de rizos en lo alto de la cabeza.
Para que el rizado durara mucho tiempo se utilizaba el calmistrum, especie de varilla hueca de hierro que se calentaba entre las brasas y luego se aplicaba al pelo. Para sujetar el cabello se utilizaban horquillas, cintas, redes y pequeñas peinetas. A veces también se usaban postizos para realzar el peinado.
Los peines para realizar estos complicados peinados eran de marfil, cuerno, bronce, carey o incluso de oro. El peluquero (ornator) y el peinador (pectinator) eran indispensables y, en las casas de los ricos, incluso había un puesto permanente reservado para el primero de estos oficios.

LA BELLEZA EN LA ANTIGUA ROMA

La profesional de la belleza se llama Ornatrix era una mezcla de peluquera, esteticien y asesora de imagen cuya finalidad fundamental era embellecer a las matronas romanas. En lo que respecta a las funciones de peluquería lavaban el pelo a las clientas, hacían eliminar las canas más visibles arrancándolas con pinzas y eran expertas en la confección de recogidos, elemento fundamental para diferenciar a simple vista a una dama y a una prostituta (ellas lo llevaban suelto).
Estas profesionales también fabricaban pelucas que se llamaban CAPILLAMENTUM, con pelo importado de la India o que cortaban a las esclavas, también pintaban las zonas calvas de la cabeza.
El color rubio causaba sensación entre ambos sexos y para conseguirlo se echaban polvo de oro, en el siglo VI a. C. los romanos adoptaron de los griegos la costumbre de teñirse el pelo color amarillo rojizo, consiguiendo este color con jabón caustico (espuma caustica o bátava) a base de sebo y cenizas. También se colocaban pelucas traídas desde Germania.
Las mujeres romanas consideraban bello que las cejas estuvieran unidas sobre su nariz, para conseguir tal efecto utilizan una mezcla de huevos de hormiga machacados con moscas secas, también lo utilizaban como máscara de pestañas. El vello del cuerpo lo llevaban rasurado totalmente, Dominicano solo se acostaba con mujeres a las que previamente había depilado en su totalidad. Había varios métodos para quitar el vello. Por ejemplo, se utilizaba una especie de cata plasma llamada dropax, compuesta de varias ceras resinosas; también se empleaban las pinzas (forcipes aduncae), pero era un procedimiento muy doloroso. Algunos hombres también se depilaban todo el cuerpo.
Popea (esposa de Nerón) en todos sus viajes se hacía seguir por un rebaño de trescientas burras, que cada mañana eran ordeñadas y así podía llenar su bañera de plata para su hidratante baño matutino. Ella inventó la mascarilla, que hacía con una mezcla de pasta y leche de burra denominada TECTORIUM, que aplicaba antes de acostarse y se la dejaba puesta durante toda la noche. Para las arrugas utilizaban una mascarilla compuesta de arroz y harina de haba.
Las señoras que se perfumaban hacían llenaban la boca de sus esclavas de perfume y esta lo pulverizaba sobre su ama, haciendo de vaporizador.
• Las cremas, perfumes y ungüentos que se vendían en pequeños vasos de cerámica, pomos de cristal o pequeños recipientes de alabastro.
• El maquillaje para el rostro se mezclaba en pequeños platillos, utilizando a veces la lanolina de la lana de oveja sin desengrasar. La piel se llevaba blanca (como signo de apasionamiento) , utilizando para ello una mezcla a base de yeso, harina de habas, tiza y albayalde (carbonato clásico de plomo), al final los resultados que se obtenían eran los contrarios, ya que esta mezcla oscurecía el rostro, también con el fin del blanqueamiento ingerían gran cantidad de cominos. El carmín para los labios se obtenía del ocre procedente de un tipo de liquen denominado ficus, o bien de moluscos. El perfilador de ojos se conseguía a partir del hollín o de un polvo hecho de antimonio: este último también se utilizaba para engrosar las cejas para la sombra de ojos era imprescindible la ceniza, también utilizaban el khöl, maquillándolos en negro y azul. Las cejas se perfilaban sin alargarlas y se depilaban con pinzas y los labios y pómulos se coloreaban en tonos rojos vivos, para conseguir unos dientes blancos nada mejor que el vinagre.
• Como dentífrico utilizaban orines, y los más cotizados eran los de Hispania, se envasaban en ánforas, se precintaban y se distribuían por el Imperio
• Para depilar se utilizaba una especie de cata plasma llamada dropax, compuesta de varias ceras resinosas; también se empleaban las pinzas (forcipes aduncae), pero era un procedimiento muy doloroso. Algunos hombres se depilaban todo el cuerpo.
• El espejo era una necesidad básica. Se hacían de láminas de metal muy bruñidas y a menudo tenían el reverso profusamente decorado.