El Tonsor (peluquero de caballeros, barbero) los clientes exigían a su estilista acciones más básicas, también afeitaba, depilaba, cuidaba las uñas y teñía el pelo, su trabajo pertenecía a las artes mecánicas y la mayoría de ellos trabajaban en la calle (salvo los de las clases pudientes). Las cuchillas que utilizaban eran de hierro, y aunque estas se afilaban de aquella manera siempre eran mejor que hacérselo cada uno en su casa, por eso siempre acudían a este profesional además la peluquería era un lugar social estupendo para enterarse de todos los cotilleos y noticias.
También se pintaban las zonas calvas
El hombre llevaba las piernas depiladas.
A principios del siglo I lo más frecuente era llevar el rostro afeitado por completo.
Hasta el siglo II el peinado más extendido era raparse o llevar el pelo muy corto, echándolo hacia delante, con más o menos estilo, se llevaba muy rasurada la barba (era obligatorio).
La moda de la barba se importó de la Grecia oriental y fue promovida por Adriano, su cara tenía un desagradable tono azulado, porque se le notaban mucho los capilares, además según algunos historiadores por causa de una enfermedad que le afectó la cara, otros que por causas de una gran cicatriz en el rostro.
Los hombres estaban muy preocupados por su imagen, se cuidaban mucho, Julio César estaba muy preocupado por su calvicie, tanto que al ser rechazado varias veces por el jefe Galo Vercingétorix (uno de sus grandes amores), mandó ejecutarlo y cortarle su larga y rubia cabellera, con la que se hizo una peluca.
domingo, 28 de marzo de 2010
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